¿Su hijo ha anunciado rotundamente: "Odio los deportes"? O tal vez tenga un niño que alguna vez disfrutó de las actividades atléticas, pero que gradualmente ha comenzado a no gustarle todas. Tal vez su adolescente haya renunciado repentinamente a un deporte que solía disfrutar.


Independientemente de las circunstancias, es importante ayudarlos a encontrar ese disfrute del deporte una vez más (o por primera vez), ya que el deporte y la actividad física son esenciales para la salud física y mental. 

Descubra por qué su hijo odia los deportes
A través de la observación, la discusión con otros adultos (como cuidadores, maestros y entrenadores) y la conversación con su hijo, vea si puede determinar por qué "odia" los deportes. ¿Siempre se ha sentido así, o se trata de un reciente cambio de opinión?

  • ¿Está frustrada por la falta de habilidades, habilidad o progreso?
  • ¿Está siendo intimidado por un compañero de equipo ?
  • ¿Siente demasiada presión para tener éxito o competir a un alto nivel?
  • ¿Su entrenador es injusto o demasiado competitivo?
  • ¿Sigue buscando un deporte que le guste?
  • ¿Es consciente de su peso, cuerpo o rendimiento?
  • ¿Tiene alguna condición física que le cause dolor o malestar?
Para casi todas estas preguntas, existe una forma de gestionar, reducir o incluso eliminar el problema.


Anime a un niño que odia los deportes
Una vez que tenga una idea del problema subyacente, puede trabajar para abordarlo. Si su hijo no está satisfecho con el deporte que está jugando actualmente, puede ayudarlo a encontrar algo que se adapte mejor, tal vez un deporte individual en lugar de uno de equipo, o viceversa. Anímela a seguir probando cosas diferentes; esa es la mejor manera de encontrar un ganador. Si le gusta el deporte que ha estado jugando pero no le gusta su entrenador o compañeros de equipo, o si siente demasiada presión para ganar, tal vez pueda cambiar a una liga o club recreativo más informal, o simplemente tomar un descanso por un corto tiempo para recuperar el aliento.


Si sospecha que el acoso por parte de un compañero de equipo es el culpable de una repentina aversión a los deportes, no dude en actuar. Hable con el entrenador de su hijo sobre la situación. Si no se resuelve rápida y satisfactoriamente, suba en la cadena de mando y saque a su hijo del equipo si es necesario. Su salud emocional es más importante que terminar la temporada.

 Qué pueden hacer los padres si sus hijos quieren dejar sus deportes
Si su hijo se queja de dolor o malestar durante o después de los deportes, o si ha observado síntomas como dificultad para respirar, haga que su médico de cabecera lo examine. Es posible que tenga una lesión no diagnosticada o una afección, como el asma, que le dificulte hacer ejercicio. (Difícil, pero no imposible; su médico puede ayudarlo con tratamientos o terapias para permitir que su hijo vuelva a disfrutar de los deportes).

Si está tratando con un niño que está frustrado o decepcionado con sus propias habilidades o capacidades, tiene un par de opciones. Primero, empatice con sus sentimientos en lugar de minimizarlos. Luego, piense en algunas formas de ayudar. ¿Necesitan más entrenamiento, o practicar en casa o algún equipo diferente? ¿Necesitan algunas habilidades de afrontamiento para situaciones intimidantes, como estar solo en la línea de tiros libres? ¿Serían más adecuados para un estilo de juego diferente (por ejemplo, carreras de distancia frente a sprints) o incluso para un deporte completamente diferente?

Especialmente durante la pubertad , tanto los niños como las niñas pueden sentirse cohibidos por sus cuerpos.

Puede parecer contradictorio, pero el ejercicio en realidad puede ayudar con esto, así que mantenga el refuerzo positivo y busque otras formas de fomentar la actividad física en su adolescente.

En todos los casos, recuerde que ganar partidos y competiciones o incluso jugar en un equipo no es el objetivo final. Ayudar a su hijo a encontrar actividades físicas que disfrute y con las que se apegue lo es.