El tiburón megalodón fue uno de los depredadores más feroces y más grandes que jamás haya nadado en el océano. Capaz de alcanzar longitudes del doble del tamaño del Tyrannosaurus Rex y llevar una fuerza de mordida que podría aplastar un automóvil, conocido como meg o Caregalle megalodon , era el gobernante de los mares prehistóricos.



Y sin embargo, a pesar de estar en la cima de la cadena alimenticia sin depredadores conocidos, el tiburón se extinguió hace unos 2.6 millones de años.

Es un misterio que aún tenemos que resolver. Existen innumerables teorías, pero nadie ha podido explicar con certeza por qué, justo antes del amanecer de la humanidad, desapareció uno de los depredadores más mortíferos del océano.

Los dientes de megalodon son las mejores herramientas que tienen los investigadores para descubrir cualquier información sobre esta bestia perdida hace mucho tiempo, y son terribles recordatorios del dolor que este gigante submarino podría infligir.

El mismo nombre "megalodon" significa literalmente "diente grande". El fósil de diente más grande recuperado registró una friolera de 6.9 pulgadas, tres veces más grande que el diente promedio de un gran blanco. Algunos informes citan un diente que mide más de 7 pulgadas.

Durante su reinado, se cree que el megalodón se hundió en casi todos los rincones de los océanos primitivos, ya que sus dientes se han encontrado en todos los continentes excepto en la Antártida.

El tiburón prefería aguas más cálidas y tendía a adherirse a mares más bajos y templados, cazando en aquellas aguas que cubrían gran parte del planeta.

Pero como el megalodón era un animal tan enorme, el tiburón tenía que comer una tonelada de comida al día, literalmente.

Se alimentaban de grandes mamíferos marinos, como ballenas, meriendas de ballenas o incluso jorobadas. Pero cuando las comidas más grandes escaseaban, el megalodón se conformaría con animales más pequeños como delfines, focas y tiburones incluso más pequeños.

La muerte no llegaba rápidamente cuando atacaba un megalodon, . Algunos investigadores dicen que el megalodón cazó estratégicamente a las ballenas que devoró al comerse primero sus aletas o colas para dificultar la huida del animal lesionado.