La intimidación es un comportamiento abusivo de personas con poder real o percibido hacia personas con menos poder. El acoso puede ser obvio o sutil, y puede ocurrir tanto en la niñez como en la edad adulta. Si bien el acoso puede tener impactos a largo plazo, también puede tener resultados inmediatos, a corto plazo y reconocibles. Los impactos del acoso suelen ser psicológicos y de comportamiento, pero también pueden ser físicos.


Problemas psicológicos
Las víctimas de acoso suelen presentar una serie de problemas psicológicos, en particular depresión y ansiedad. Las  niñas también pueden desarrollar trastornos de la alimentación después o durante el acoso. Además, los niños victimizados de ambos sexos pueden desarrollar problemas psicosomáticos, que son quejas corporales que no tienen una causa física. Por ejemplo, las víctimas suelen sufrir dolores de cabeza o de estómago, sobre todo antes de que comience la jornada escolar.

Problemas con el sueño
Las víctimas de bullying suelen tener una variedad de problemas para dormir.  Pueden tener dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormidos y / o descansar una noche determinada. Cuando las víctimas pueden dormir, es más probable que experimenten pesadillas que sus compañeros no victimizados. Estas pesadillas tienden a ser vívidas y amenazantes y pueden o no involucrar al acosador.

Las víctimas pueden volverse suicidas
Desafortunadamente, las víctimas de acoso escolar tienen tasas más altas de suicidio que sus compañeros.  Esto significa que piensan en suicidarse con mucha más frecuencia que otras personas de su edad. Como dejan en claro muchos casos de alto perfil, varias víctimas dan seguimiento a estos pensamientos suicidas.

Si usted o su hijo tienen pensamientos suicidas, comuníquese con la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255 para recibir apoyo y asistencia de un consejero capacitado. Si usted o un ser querido está en peligro inmediato, llame al 911.


Problemas con los compañeros
Los niños victimizados también sufren de un estatus social más bajo que los niños no victimizados. La exclusión social puede haber llevado a que un niño sea victimizado en primer lugar, pero parece que el rechazo de los compañeros empeora aún más después de que una persona es intimidada. Como resultado, las víctimas a menudo se sienten solas y abandonadas y sufren de baja autoestima . 3


Problemas en la escuela 
Las víctimas de intimidación tienden a tener problemas con el rendimiento académico. Esto ocurre principalmente debido al frecuente ausentismo de las víctimas. De hecho, alrededor del 7% de los estudiantes estadounidenses de octavo grado informan que se quedan en casa y no van a la escuela al menos una vez al mes para evitar ser acosados.  Cuando las víctimas asisten a la escuela, tienden a evitar ciertas partes de la escuela, como los baños. Las víctimas de acoso escolar pueden tener miedo todo el día en la escuela, lo que dificulta, si no imposible, el aprendizaje.

Reconocer y acabar con el acoso escolar
Los niños con necesidades especiales, diferencias físicas y de comportamiento a menudo corren el riesgo de sufrir acoso. Sin embargo, no son especialmente vulnerables. Incluso los niños populares pueden ser víctimas de acoso en determinadas circunstancias. Si su hijo presenta alguno de los síntomas enumerados anteriormente y no hay problemas de salud o ansiedad subyacentes que expliquen mejor esos síntomas, es una buena idea investigar.

Empiece por hablar con su hijo. Es muy posible que esté dispuesto a compartir experiencias de intimidación si se le pregunta en un entorno seguro y sin prejuicios.
Discuta el problema con los maestros, entrenadores, etc. de su hijo. Si a su hijo le preocupa la privacidad, asegúrese de elegir un entorno no público y no escolar para sus conversaciones.
Si el acoso es manifiesto, físicamente agresivo o constante, es muy probable que los maestros de su hijo estén al tanto del problema. También existe una buena posibilidad de que su hijo no sea la única víctima. Cuando este es el caso, es posible que se tomen medidas disciplinarias para detener el comportamiento de intimidación.
Si el acoso es sutil o su hijo es inusualmente sensible a las conductas de "burla", es posible que deba solicitar adaptaciones especiales para su hijo. Las opciones pueden variar desde cambiar de asiento en una clase en particular hasta cambiar de clase o incluso, en circunstancias extremas, cambiar de escuela.
Si su hijo continúa sufriendo de ansiedad y otros síntomas incluso después de abordar el acoso, puede beneficiarse de la terapia cognitiva.