La mayoría de los hogares tienen armarios desbordados y baúles de juguetes abarrotados con cientos, si no miles, de cosas por valor de dólares. Y en lugar de pedir un juguete pequeño para un cumpleaños o un día festivo, muchos niños piden obsequios tecnológicos costosos.


Y si bien es posible que se haya encontrado pensando que "ya es suficiente" cuando se trata de que sus hijos tengan demasiadas cosas, no siempre es fácil emparejarlos y reducirlos. Pero darles a los niños demasiadas cosas no es saludable. Los niños a los que se les da más de lo que necesitan corren el riesgo de convertirse en adultos materialistas.

Las investigaciones muestran que los niños excesivamente consentidos pueden experimentar consecuencias de por vida. Crecen para convertirse en adultos insatisfechos y narcisistas. Y no son solo los juguetes caros los que están provocando que los niños se vuelvan excesivos.

Muchos de los jóvenes de hoy están sobrecargados y con poco trabajo. Tienen tiempo para practicar baloncesto y lecciones de piano, pero no hacen las tareas del hogar. Quizás se pregunte qué tiene de malo ser materialista. Después de todo, si puede pagar ropa de marca o equipo deportivo caro, ¿no debería poder conseguirlo?

Los estudios han encontrado que los niños materialistas a menudo resultan ser adultos materialistas. Y eso puede tener graves consecuencias, incluida una mayor infelicidad durante la edad adulta.

Por qué los niños se vuelven materialistas
Un estudio de 2015 publicado en el Journal of Consumer Research descubrió que los niños que se volvieron materialistas adoptaron dos creencias principales:

Poseer cosas de alta calidad, así como una cantidad de bienes materiales, es la definición de éxito.
Adquirir ciertos productos hace que las personas sean más atractivas. 

Por supuesto, la mayoría de los padres no inculcan esas creencias en los niños a propósito. En cambio, los niños desarrollan esas creencias basándose en el estilo de crianza y las prácticas disciplinarias de sus padres, así como en lo que se ha modelado en su hogar.


Cómo contribuyen los padres
El estudio encontró que los padres cariñosos y amorosos a menudo contribuían a una actitud materialista. Pero, los niños que crecieron en hogares donde se sentían rechazados también probablemente fueran materialistas.


Un niño que sintió que sus padres estaban decepcionados de él, por ejemplo, puede buscar consuelo en sus posesiones materiales. O un niño que no pasa mucho tiempo con sus padres puede lidiar con la soledad usando sus juguetes y aparatos electrónicos. Los investigadores encontraron tres prácticas principales de crianza que contribuyen a las creencias materialistas en los niños.

Recompensar a los niños: pagarle a su hijo por sus buenas calificaciones o prometerle un nuevo teléfono inteligente si le va bien en el fútbol puede enseñarle que los bienes materiales son el objetivo final.
Dar regalos: colmar a sus hijos con regalos como muestra de su amor puede enseñarles que ser amado significa recibir regalos. 
Quitar posesiones: Enviar el mensaje de que separarse de sus pertenencias es un castigo podría enseñar a los niños que necesitan sus posesiones materiales para sentirse bien.

Cómo disminuir el materialismo
La buena noticia es que hay algunas medidas que puede tomar para evitar que su hijo se vuelva materialista. No tienes que privar a tu hijo para evitar que se vuelva materialista.

Es saludable darle regalos a su hijo. Pero eso no significa que tengas que comprar todo lo que está en su lista o que tengas que darles todo lo que quieran.

También es una buena idea quitarle privilegios . Y a veces, la consecuencia más lógica puede significar quitarle las posesiones más preciadas de su hijo, como un teléfono inteligente o una bicicleta.

Pero es importante asegurarse de que no sea la única consecuencia negativa que imponga. Aquí hay algunos pasos más que puede seguir para amortiguar un sentido de derecho en el mundo de hoy:

Fomente la gratitud: enseñarle a su hijo a estar agradecido por lo que tiene evitará que piense que no puede ser feliz a menos que tenga más.
Concéntrese en el tiempo de calidad: en lugar de darle regalos a su hijo, participen juntos en actividades sencillas. Salgan a caminar, jueguen en el parque o jueguen juegos de mesa juntos. Gaste más dinero en experiencias que en regalos.
Modelo de generosidad a seguir: Su hijo aprenderá mucho más de sus acciones, en lugar de sus palabras. Muéstrele a su hijo que es una persona amable y generosa que valora a las personas por encima de las cosas. Haga una donación a organizaciones benéficas, sea voluntario para una organización y hable sobre la bondad con frecuencia.
Probablemente habrá ocasiones en las que su hijo insista en que necesita los zapatos más recientes o un nuevo dispositivo de alta tecnología. Dígale que no a veces como una forma de enseñarle la diferencia entre necesidades y deseos. Elogie a su hijo cuando lo vea siendo amable o generoso. Enfatice la importancia de valorar a las personas, más que a las cosas.