Todos los niños rompen las reglas y ponen a prueba los límites a veces. Cuando los adultos responden de manera útil, los niños aprenden a tomar mejores decisiones en el futuro. 


Pero no todas las intervenciones de adultos son iguales. Hay una gran diferencia entre darles a los niños consecuencias y castigos. 

¿Qué son los castigos?

Los castigos consisten en hacer sufrir a los niños por sus errores. Por lo general, están destinados a hacer que los niños se sientan mal. Por ejemplo:

  • Un niño de 5 años no recoge sus juguetes cuando le dicen. Sus padres lo azotan.
  • Un niño de 7 años le responde a su madre. Ella le lava la boca con jabón.
  • Un niño de 9 años se porta mal en la escuela. Sus padres le hacen un corte de pelo vergonzoso de para "darle una lección". 
  • Una niña de 12 años no limpia su dormitorio. Sus padres toman fotos y las publican en las redes sociales para avergonzarla.
  • Un niño de 14 años deja su guante de béisbol en el camino de entrada. Su padre lo pasa a propósito con el coche. 
  • Una joven de 16 años es sorprendida mintiendo sobre su edad para hablar con hombres adultos en línea. Su madre la obliga a crear un video anunciando lo que ha hecho. Su madre publica el video en línea.

Los castigos a menudo no están relacionados con el problema de conducta y pueden ser de naturaleza severa. A veces, están destinados a avergonzar o humillar a los niños.

Los castigos a menudo hacen que los niños se sientan mal por quiénes son, a diferencia de lo que hicieron. Los niños que experimentan problemas de autoestima son más propensos a comportarse mal en el futuro.


Los castigos también pueden ser contraproducentes porque hacen que los niños se concentren en su enojo hacia sus padres, en lugar de pensar en lo que pueden hacer mejor la próxima vez. Por ejemplo, un niño puede pensar "Mi mamá es mala" en lugar de "Cometí un error". 

¿Cuáles son las consecuencias?

Las consecuencias se centran en enseñar a los niños cómo mejorar en el futuro. Son creados por adultos y están directamente relacionados con la mala conducta. Por ejemplo:

  • Un niño de 5 años no recoge sus juguetes cuando le dicen. Sus padres le quitan los juguetes durante el resto del día. 
  • Un niño de 7 años le responde a su madre. Ella le asigna una tarea extra para que la complete.
  • Un niño de 9 años se porta mal en la escuela. Sus padres le quitan los dispositivos electrónicos por la noche.
  • Una niña de 12 años no limpia su dormitorio. No se le permite usar sus dispositivos electrónicos hasta que su habitación esté limpia.
  • Un joven de 14 años deja su guante de béisbol en el camino de entrada. Sus padres le quitan el guante durante 24 horas.
  • Una joven de 16 años es sorprendida mintiendo sobre su edad para hablar con hombres adultos en línea. Su madre le quita sus dispositivos electrónicos durante la semana e instituye nuevas políticas que involucran el monitoreo continuo de sus cuentas de redes sociales.

Las consecuencias saludables ayudan a los niños a seguir sintiéndose bien consigo mismos y al mismo tiempo les dan la confianza de que pueden hacerlo mejor la próxima vez.

Uso de las consecuencias naturales para enseñar importantes lecciones de vida a los niños

Las consecuencias naturales son el resultado directo de la conducta de un niño. Los adultos pueden permitir que los niños enfrenten las consecuencias naturales de sus decisiones cuando sea seguro hacerlo y cuando es probable que un niño aprenda una importante lección de vida.

A continuación, se muestran algunos ejemplos de consecuencias naturales:

  • Un niño de 9 años se niega a dejar de jugar para poder almorzar. La consecuencia natural es que tendrá hambre si no come. 
  • Un niño de 12 años no quiere llevar chaqueta. Su madre lo deja jugar afuera sin abrigo porque la consecuencia natural es que tendrá frío.
  • Un joven de 15 años deja su guante de béisbol en el camino de entrada y afuera está lloviendo. La consecuencia natural es que su guante se mojará y si se estropea tendrá que comprar otro.

Una palabra de Verywell

Los castigos pueden funcionar a corto plazo. Los niños pueden obedecer cuando le temen o cuando quieren que dejes de infligir dolor o humillación. Pero a largo plazo, los castigos son contraproducentes. Pierden efectividad porque los niños no están aprendiendo las habilidades que necesitan para tomar mejores decisiones. 

Las consecuencias ayudan a los niños a ver que tomaron una mala decisión, pero que son capaces de hacerlo mejor en el futuro. Y, en última instancia, las consecuencias son más efectivas para mejorar los problemas de conducta en los niños.