Google quiere su trozo de pastel en el mercado del móvil. Un sector cada vez más competido donde las marcas chinas han sabido sacar el abrelatas de las ventas. Tras una extraña escalada de precios en los modelos más avanzados, las marcas se lanzan ahora a la conquista de los consumidores con un estilo alambicado que destaca por mejores prestaciones a precios irrisorios. La respuesta, en este caso, es la recuperación de su gama «low cost»: Pixel 4a.

El nuevo teléfono móvil ha enterrado cualquier signo que recuerde a «notch» -esa controvertida pestaña superior popularizada por el iPhone X- y se ha esforzado en eliminar el resto del pasado con una pantalla sin apenas bordes. Tiene un diseño actualizado. Su cámara frontal, por pronto, se ha integrado mediante la solución más extendida en la actualidad: sacando el taladro y agujereando la pantalla. Esta queda desplazada a la esquina superior izquierda de una manera discreta. Su gran reclamo es tener a disposición una de las cámaras más potentes a pesar de contar con una sola lente.

No se ha el salto a la doble cámara como sí lo hizo su «hermano» el Pixel 4. Pero sigue prometiendo dejar el listón bastante alto gracias un potente sensor de 12 megapíxeles con tecnología Dual Pixel muy luminoso (apertura focal de F1.7). Es el mismo sensor que el Pixel 4. Incluye estabilización de imagen electrónica y óptica. La marca estadounidense ha asegurado que ha logrado evolucionar su software de procesamiento técnico para mejorar algunos aspectos de las imágenes capturadas. La cámara frontal, destinada a hacer autofotos («selfies») y cada vez más videollamadas, se contenta con 8 megapíxeles que toma de herencia del modelo avanzado.

Apuesta por el diseño

Lo que más llama la atención es el cambio de diseño. Su pantalla mide 5.8 pulgadas pero, en conjunto, tiene un tamaño más compacto que su predecesor. Eso es gracias a la eliminación de los bordes laterales que ha permitido ofrecer en su cara frontal una superficie totalmente táctil. Con ello la firma estadounidense se pone la día de las tendencias emergentes en el mercado.

Fía su suerte a un nuevo panel de tipo OLED, dejando su resolución en 1.080 x 2.340 píxeles (FHD+). Es lo mínimo exigible hoy en día. Y según las primeras imágenes, el terminal alcanza buenos niveles de calibración y contrastes, aunque todavía no se ha podido probar en condiciones. Mantiene el lector de huellas dactilares en la parte trasera central. Una ubicación que se ha venido prescindiendo en el sector. Un detalle importante: incluye una clavija para auriculares «minijack» de 3,5 milímetros, que poco a poco ha desaparecido de la telefonía móvil. Para algunos es todavía un lujo tenerlo.

Una aclaración previa: a bote pronto tiene argumentos para creer que conseguirá un buen desempeño, aunque con algunas limitaciones técnicas en comparación con algunos rivales. Es complicado encontrar «smartphones» en la horquilla de los 300-400 euros que tengan la misma potencia que los buques insignia del sector. Pero Qualcomm, uno de los principales proveedores de componentes, se ha puesto las pilas con algunas versiones de chips diseñadas para gama media que pueden ofrecer un rendimiento más que decente.

Ahí es donde vamos al meollo. El Pixel 4a monta en su interior un chip Snapdragon 730, el mismo que incluyen terminales chinos como Oppo Reno 2, Realme X5 o Redmi K20, aunque se queda algunos peldaños por debajo de otros modelos como el OnePlus Nord recientemente presentado. Se trata del modelo 730 que comparte algunas características con 730 G salvo la optimización para juegos. Surgen algunas dudas. ¿Falta de rendimiento? Habrá que verlo en acción. Un aspecto interesante es que viene impulsado por 6 GB de memoria RAM, con lo que se podrán tener caballos suficientes para la mayoría de tareas a pesar de que, a priori, da la sensación de estar ante un terminal del pasado año.

Otras características a tener en cuenta son la presencia de altavoces estéreo y la posibilidad de añadir eSim, es decir, tarjetas SIM virtuales. Se carga por medio de conectores USB-C. Más cuestionables son las decisiones de instalar una batería de solo 3.140 mAh, de la que se deberán analizar las horas de vuelo que ofrece. Un aspecto positivo es que soporta carga rápida. Su mayor argumento son los 389 euros que cuesta, aunque la competencia está fuerte. Llegará el próximo 1 de octubre, aunque su reserva empezará dos semanas antes (10 de septiembre).