Los efectos del veto de Donald Trump a las tecnológicas chinas se están dejando notar. Huawei, firma de teléfonos que está en la lista negra de entidades del país estadounidense desde hace un año, ha anunciado que dejará de producir su marca de procesadores propios, Kirin, a partir del 15 de septiembre. La tecnológica afirma que la imposibilidad de colaborar con empresas del país norteamericano hace inviable continuar fabricando sus chips.


Durante un evento celebrado en la ciudad china de Shenzhen el pasado viernes, el primer ejecutivo de Huawei, Yu Chengdong, anunció que el próximo móvil de gama alta de la compañía, la serie Mate40, será la última que guarde en su interior los procesadores Kirin facturados por la propia firma, como recoge el medio asiático Caixin.

El Mate40, en concreto, empleará un procesador Kirin 9000 con soporte para 5G, como aseguró Yu. Este chip, fabricado por la compañía taiwanesa Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (más conocida por sus siglas TSMC), hace uso de tecnología estadounidense.

A partir del 15 de septiembre, Huawei no podrá seguir utilizando las tecnologías que utilizaba para desarrollar y fabricar sus chips Kirin debido a la entrada en vigor de nuevas sanciones establecidas por Estados Unidos el mes de mayo, que evitan que las empresas estadounidenses colaboren con Huawei sin una licencia especial. Yu lo ha valorado como una «enorme pérdida» para Huawei.

Recordemos que desde mayo de 2019, con la inclusión de Huawei en la Lista de Entidades de Estados Unidos, la compañía china tiene prohibido hacer negocios con empresas estadounidenses. Esto impidió que los dispositivos lanzados por Huawei y Honor -su submarca- después de este momento contasen con los servicios de Google y compatibilidad con sus «apps».

No obstante, los dispositivos lanzados desde entonces han seguido utilizando la familia de procesadores propia de Huawei, Kirin, que está presente en la mayor parte de los móviles y tabletas de Huawei y su marca Honor en la actualidad.

El pasado mes de mayo, Huawei comenzó la fabricación de sus primeros procesadores para «smartphones» completamente desarrollados con tecnología china, con unos modelos de gama de entrada y arquitectura de 14 nanómetros producidos por la empresa china Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC).