De vez en cuando, todos tenemos problemas para recordar cosas. Pero para las personas con enfermedades graves como la demencia y la enfermedad de Alzheimer, la gravedad de sus problemas de memoria puede alterar la vida. Durante los últimos años, los científicos han profundizado en la forma en que los impulsos eléctricos podrían mejorar el recuerdo en personas con problemas de memoria, y han tenido algunos resultados impresionantes. Por primera vez, un implante cerebral en pacientes humanos ha mejorado su memoria.




Los cerebros sanos convierten las entradas sensoriales en memorias al enviar señales eléctricas a través de varias regiones del centro de memoria, conocido como hipocampo. El proceso es algo así como un juego de teléfono: cuando una señal llega a cada región, se recodifica, por lo que una vez que llega a su destino final, es una señal completamente diferente a la que tenía al comienzo del viaje. Pero cuando hay daño en algún lugar del hipocampo, esa señal puede fallar al llegar a su destino, lo que impide que se forme la memoria. Es por eso que las personas con dolencias que afectan esta área del cerebro a menudo no pueden crear nuevos recuerdos, a pesar de que aún pueden recordar eventos anteriores a que su cerebro se dañó.

En 2015 , investigadores de la Universidad del Sur de California y del centro médico Wake Forest Baptist anunciaron que habían imitado con éxito este viaje de señales para crear una "prótesis cerebral" que restablece la memoria. Para probar su efectividad, el equipo reclutó a nueve personas con epilepsia que ya tenían programado que se les implantaran electrodos en el cerebro para tratar las convulsiones crónicas, ya que agregar un electrodo más no sería una carga.


Con el electrodo de memoria implantado, los pacientes crearon nuevos recuerdos mientras el equipo "leía" las señales eléctricas creadas por sus cerebros en dos regiones diferentes del hipocampo. Luego, introdujeron esas señales en el modelo de computadora que habían creado para imitar el proceso de creación de memoria, y observaron cómo las señales de una región se transformaban en señales en la siguiente región, en comparación con la forma en que los cerebros de los pacientes realmente lo hacían. Durante cientos de ensayos, el modelo predijo con precisión cómo se traducirían las señales con aproximadamente el 90 por ciento de precisión.