A continuación, listo una serie de razones por las cuales no recomiendo abrir una Sociedad por Acciones Simplificada en México con el objetivo de compartir mi experiencia con personas que estén interesados en el tema. Con esto, también espero que menos personas se topen con los mismos obstáculos.
1.No tardas 24h, tardas mucho más
Durante mi experiencia, me tocó frustrarme con la plataforma de la Secretaría de Economía (SE). El sistema que utilizan para la constitución de empresas es deficiente, tardado y poco amigable con el usuario. Tan solo en la autorización de la razón social, ya perdiste 24h. En mi caso, tuve que ir al IMSS para darme de alta ya que la plataforma no pudo completar ese paso. También tuve que visitar las oficinas del SAT para recolectar mi FIEL porque el sistema no me la generaba. Yo me tardé 8 días. Las líneas de teléfono donde brindan asesoría nunca levantaron el teléfono y tampoco contestaban mis correos. Después conocí a una persona que tardó 32 días.
2. Pagarás más impuestos
Cuando eres persona física con actividad empresarial, entras en el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF). Bajo esta modalidad, no pagarás ISR durante el primer año de operaciones. Después de esto, el segundo año pagarás únicamente el 10%. El tercer año 20% y así consecutivamente hasta el décimo año, donde ya no habrá descuento. Esto te da diez años para crecer y desarrollar tu negocio. Cuando abres una S.A.S. no cuentas con este beneficio y deberás pagar tus impuestos correspondientes. Que en personas morales son mucho mayores.
3. Faltan beneficios del INADEM o NAFIN
El Instituto Nacional del Emprendedor tiene distintos fondos perdidos que benefician a personas físicas con actividad empresarial y a personas morales. Mientras que las S.A.S. entrarían en el segundo rubro, siguen sin ampliar su gama de opciones. No hay una modalidad ni convocatoria que beneficie este régimen. Con Nacional Financiera sucede algo similar. Otorgan créditos pequeños a personas que recién se inscribieron en el RFC o a empresas constituidas con requisitos que las S.A.S. no cumplen.
4. No podrás ampliar tus obligaciones ni modificar tu acta constitutiva
Cuando hice mi empresa, coloqué como actividades principales, “Servicio de limpieza de inmuebles” y otras tres actividades. Esto quiere decir que mis facturas sólo las puedo expedir por esos conceptos. Pero, si en algún momento un cliente me llega a pedir algo que no está dentro de mis actividades, no podré facturar y por lo tanto, no le podré vender. Mientras que en una empresa normal, podrías acudir con tu notario y modificar el acta constitutiva por una modesta tarifa; una S.A.S. no puede ser modificada. Así que tendrías que abrir otra empresa si quisieras cambiar de giro o ampliar tus actividades.
5. Tendrás que cambiarte a otro régimen eventualmente
Las S.A.S. tienen como límite de facturación, 5 millones anuales. Ojalá los superes pronto, pero el punto es que al final vas a tener que constituir otra empresa para mudarte. Esto significa que ahora sí tendrás que ir a un notario, tendrás que ir al IMSS otra vez, al SAT y tendrás que abrir una nueva cuenta bancaria.
6. Nadie sabe qué tipo de empresa es
Cuando abrí mi cuenta bancaria tuve muchísimos problemas. Tardé más de un mes en que Santander aprobara una cuenta de este tipo. El problema es que como es tan nuevo, pocas personas lo conocen. Esto implica que en el caso de un banco, ni siquiera tengan la denominación en su sistema. La chequera la imprimieron mal, sus formularios no desplegaban la opción de S.A.S. y de cierta manera los entiendo, la SE no ha hecho el más mínimo esfuerzo por promover esta nueva modalidad ni han hecho publicidad suficiente.
En conclusión
Mientras que por una parte, considero que las S.A.S. son una excelente oportunidad para formalizar más empresas en México; también considero que esta fue una iniciativa fallida más. Como muchas otras. La idea es buena pero la ejecución fue pobre. A un año de haber creado mi S.A.S. todavía hay gente que cree que les escribí mal mis datos de facturación. Las personas (ni siquiera los servidores públicos) no saben qué es.
El año pasado tuve la oportunidad de visitar Colombia, donde en cada esquina hay una S.A.S. Me sorprendí bastante por la cantidad de comercios que existen y me hace reflexionar sobre qué tipo de uso deberían darle a esta nueva modalidad, los beneficios que deberían ser más tangibles y los incentivos mucho mayores.
Aplaudo la iniciativa y creo que en otra ocasión se podría crear una empresa de este tipo, cuando la plataforma esté más completa, ágil y eficaz. Cuando las personas estén más familiarizadas con este concepto y cuando el programa de beneficios fiscales haya evolucionado. Por el momento, no lo recomiendo.